En un predio de la Marina de Santa Lucía se pide el diseño de una pequeña casa de ladrillo visto. La prioridad de la casa es tener un espacio para hacer asados e ir a pasar el día. Las especificaciones del parrillero, con horno de pan incluido, son precisas: el diseño está inspirado en la cocina de la casa Marfetán de Villa Soriano.
El encargo incluye también contemplar la posibilidad de un futuro crecimiento, por lo que hay que prever la construcción de dos dormitorios.
El espacio interior es un monoambiente abierto al este y con vista al canal, pero con una expansión techada al norte, para aprovechar el sol en el invierno y proteger el interior durante el verano.
La casa se proyecta como un bloque de ladrillo perfecto, de 8,5 x 8,5 metros de lado. Un cubito rojo, que se orada en dos sectores para generar un acceso protegido y para acondicionar un espacio exterior techado, diluyendo por momentos el borde entre el exterior y el interior.